Saber más sobre legibilidad
La lectura es ese acto que realizamos
cada día sin concederle ninguna
importancia. ¿Por qué un texto nos parece
difícil de leer y otro nos parece
fácil? Algo tienen los textos que nos
facilita o dificulta su lectura.
Estudiar ese algo es hacer un análisis de
la legibilidad. La legibilidad es el
conjunto de características tipográficas
y lingüísticas del texto escrito que
permite leerlo y comprenderlo con
facilidad.
La legibilidad tipográfica viene
condicionada por el tamaño, forma y
diseño de los caracteres gráficos del
texto.
La legibilidad lingüística es la que viene
condicionada por las construcciones
gramaticales del texto, por el número y
tipo de palabras que usa y por la forma
en que las combina para formar frases y
párrafos.
Rudolph Flesch es el autor más influyente
en el desarrollo de las fórmulas de análisis
de legibilidad lingüística. Su fórmula
Reading Ease Score (RES) es la más
conocida de la historia de la legibilidad.
En lengua española, la fórmula debe
considerarse de referencia es el Índice de
Legibilidad de Flesch-Szigriszt (IFSZ).
Si quieres saber más sobre la legibilidad
de los textos escritos, consulta la tesis de
Inés María
Barrio.
El primer texto escrito que se conoce se
atribuye a los sumerios, en Mesopotamia.
Está escrito antes del año 3000 a.C. con
caracteres ideográficos, donde los signos
representan ideas y objetos. El primer
texto escrito con caracteres alfabéticos
fue redactado en torno al año 1.500 a.C.
en la zona de Siria.
La escritura —y su fenómeno correlativo,
la lectura— es una de las capacidades
que acompañan el grado de desarrollo
de una sociedad humana. La
lectoescritura está estrechamente
ligada al desarrollo social, político y
científico de los pueblos.
Si damos un enorme salto en el tiempo,
tenemos que plantearnos preguntas
que han resonado fuertemente desde
los años 70:
“
¿El lenguaje escrito está siempre a servicio de la
ciudadanía?
¿Es una herramienta de participación democrática o
es —por el contrario— un escollo para la
participación?
¿El lenguaje escrito complejo es un instrumento de
poder?
¿La administración pública se sirve del lenguaje
complejo para limitar la participación de la
ciudadanía? ¿Una ciudadanía que no entiende el
lenguaje de la administración es menos libre y más
manipulable?
”
Durante esa década, en muchos foros
sociales se comienza a reflexionar
sobre la necesidad de mejorar la
comunicación entre las organizaciones
sociales y administraciones públicas, y
la ciudadanía. Esto exige utilizar un
lenguaje que sea asequible para la
ciudadanía.
¿Quién puede leer sin problemas un
texto jurídico con frases de ¡290
palabras!, o con una concatenación de
12 frases subordinadas?
Como reacción a este despropósito,
gobiernos y movimiento sociales
profundizaron en conceptos como el
“plain language”, “lenguaje llano”,
“lenguaje sencillo” o “lenguaje
ciudadano”.
El objetivo era combatir el
“gobbledygook” -el argot burocrático-,
redactar leyes, contratos, sentencias,
documentos oficiales…, que fueran
fácilmente entendidas por la
ciudadanía.
La democracia debe ser capaz de
eliminar las barreras entre la
administración pública y la ciudadanía.
Para conseguir esto es necesario
simplificar el lenguaje burocrático y
asemejarlo al lenguaje ciudadano.
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